miércoles, enero 24, 2007

Magnus

eres sangre fresca, ligera y jugosa
palpitando en un cálido y oloroso cuello
cuyos suaves vellos se erizan con mi respiración

una tan irresistible como cruel invitación
para este viejo vampiro que, arrugado, grisáceo
seco
oculto en el cementerio,
huye hasta de la luz artificial, que lo lastima tanto como la natural.

La falta de alimento, el hambre, la inanición
me tienen sumido en una tumba
mas muerto que la muerte
mas gris que las lápidas
pero con los ojos dolorosamente abiertos
consciente de mi propia putrefacción

eres el instante que para cualquiera se convierte en eternidad
pero para mi y mi insoportable existencia sin tiempo
se vuelve aun mas corto, mas deleble
pero mas extraordinario
al lubricar con tu humanidad inenarrable
mis oxidadas coyunturas

eres el trago que,
como inyección de adrenalina al corazón
devolvería a esta azulada piel el color rosado
recargando de un solo golpe la energía
para salir de este sepulcro...

por un par de días.

solamente.

No eres mi alimento.
no eres mi compañero.
No podrías serlo.
Yo no podría hacerle eso a una criatura tan viva como tu.

Pero no pienso aguantarme la sed.