martes, enero 06, 2015

~

Siempre es una delicia mirarte mientras te conviertes en magma entre mis piernas, pero el mejor momento, el que traspasa la dura frontera de la genitalidad y llega hasta la ontología, es ese glorioso instante en que colocas las manos en tu nuca, las entrelazas, relajas tus caderas para ceder el movimiento a las mías y sonríes.... esa suave tilde que se dibuja en tu rostro transforma toda mi lascivia en una cálida certeza de estarte haciendo feliz....