hay razones de forma para suprimir a la magia.
esas, por conocidas, no tiene sentido mencionarlas.
pero no sé si comprendes las razones de fondo.
reconocer que el conejo vive en el sombrero implicaría creer, y yo hace mucho, mucho tiempo dejé de creer.
el mago tiene trucos que engañarían fácilmente a mis ojos traicioneros, sembrando en los sesos las habichuelas mágicas, cuyo árbol crecería hasta donde ya no llega ni mi imaginación...
y luego, ¿cómo talaría un árbol de dimensiones épicas?
formalmente, mis argumentos son la memoria y mi segundo nombre.
en el fondo, es puro miedo.