viernes, octubre 15, 2010

32

Como siempre, no me identifico.

Veo personas de 32 años, y no me siento -ni me veo- como uno de ellos.
Mi cara parece de alguien mayor, pero mis actos reflejan la mitad de esos años.

No me encuentro en esta edad,
y por eso actúo como los menores o los mayores
aunque eso no es raro:
a los 20 parecía tener 35,
y a los 32 soy como de 18.

Todo lo que me llevó hasta aquí, es visible a simple vista:
todo el daño que me hice y me hicieron, está tatuado en mi rostro
pero todo el bien que he recibido me tiene hoy en pie.

Hay muy pocas cosas de las que me arrepiento.
Y he cometido error, tras error, tras error...
quisiera poder volver a ver sus ojos de caleidoscopio,
por ejemplo (daría lo que fuera);
y ojalá mis actos no hubieran estado tan regidos por el miedo.

Pero toda mi vida la he formado yo,
con ayuda de mi siempre retorcido criterio
y mi infinita, innegable, impoluta y brillante inteligencia.

Siempre dejé que la vida me sorprendiera
dejando en sus manos muchas de mis decisiones;
y por ello muchas veces me golpeó,
pero también encontré muchas maravillas.

Todo lo que hice y me hicieron
todo lo que he peleado conmigo misma,
todos los pasos, caídas y ascensos,
me convierten en esto que hoy soy.

Un monstruo receloso, viejo, lleno de costras
con unos muy lindos labios que escupen ácido.

Los años han maltratado mi rostro
pero cohesionaron todas mis partes.

Soy una enorme bestia de una sola pieza.


I'm so fucking proud of myself.