Es otro signo de envejecimiento.
Antes, cuando dejabas de ver a una persona por un mes, te parecía algo irreversible.
Dejarla de ver por un año entero significaba, prácticamente, no reconocerla al verla de nuevo.
Hoy, los recuerdos se fijan con adhesivo industrial y las emociones pierden peso y vigencia, pero no mueren. Ya no mueren.
con el tiempo te vuelves un acumulador inagotable de emociones caducas y momentos extintos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario