jueves, enero 29, 2009

Nómada.

Mi madre dijo, aliviada, "que bueno que no me deshice de tu cama".
"Por eso te dije que no te deshicieras de ella", respondí.

Sorprendida, ella replicó: "¿¿¿O sea que tu siempre estuviste segura de...???"

Lo que ella no sabe, es que yo sabía que me iba a divorciar desde que ella se divorció.

Por eso le respondí a Ixa que mi espíritu nómada se mantuvo siempre listo para la siguiente huida, la siguiente mudanza. Me acomodé muy bien sobre aquella tierra y sobre esas aguas crecieron muchos lirios, pero la certeza de que tendría que irme hizo que jamás echara raíces.

Y es que así somos los errantes: cada cosa cotidiana que hacemos, por más veces que se repita, jamás se convierte en regla; pues todo lo hacemos previendo el ineludible momento de nuestra siguiente partida.

Nunca acabamos de vaciar nuestras maletas y jamás poseemos inmuebles, porque nuestra seguridad no se basa en la constancia sino en la certeza de que siempre nos iremos.

En cualquier puerto tiramos las anclas pero siempre dormimos cerca del barco, para poder escapar pronto cuando llegue el momento de hacerlo.

Nunca planeamos nuestra vida, sólo tomamos previsiones; en función siempre de la siguiente retirada, siempre sabiendo que si sembramos algo no podremos llevarlo con nosotros en el siguiente viaje.

Nuestra constante es la inconstancia y la inestabilidad nuestra tabla en el mar; pues sabemos, estamos ciertos, de que todo tiene un final: lo bueno, pero sobre todo lo malo.

En eso confiamos.

18/8/08

3 comentarios:

Ricardo Arce dijo...

Yo tampoco desencapo.

Él de ñañaras ya no sirve... mejor éste: www.posatigres.blogspot.com

Se el manda un beso, espero siga igual de guapa o mejor.

Ricardo Arce dijo...

es que si no sé quien es creo que ya no sabré quien fue... Entonces me he confundido.

Anónimo dijo...

Buenísimo escrito!!