lunes, septiembre 01, 2014

No strings attached

No quiero poseerte.
No quiero guardarte en el cajón de mis pertenencias;
no quiero mancillarte con la espesa brea de mis inseguridades;
no quiero esconderte del mundo ni tatuarte mi nombre en la muñeca, ni en el dedo anular, como un símbolo de pertenencia.
No quiero que seas mío porque no quiero perderte.
Quiero sentir la certeza de que nada podrá arrebatarte de mí,  simplemente porque no te tengo.
Lo que quiero es seguir contemplándote desde mi balcón, sin ir a la guerra, sin pelear con nadie por ti; sólo verte, leerte, saberte y serenarme con el alivio de tu estar;
sin esperar que seas tú quien me salve de mí misma o que sutures mi mutilada alma;
sólo respirar profundo con la serenidad de saber que en el mundo está otra parte de mí que no soy yo, que no está en mi cuerpo, que está hecha de la misma materia que yo pero que no morirá conmigo;
sólo diluir todos los fluidos de mi cuerpo en el recuerdo de las anacrónicas noches que pasé contigo y en las que pude materializar esta infatuación;
recordar y girar y caer en espiral con la certeza de que nosotros los monstruos no podemos vivir por siempre, pero sí transmutar y existir en la sangre de otros de nuestra misma condición.
Sólo quiero nadar desnuda en las heladas aguas de tus neuronas, y alimentarme del tibio flujo de tus venas. Sólo eso.

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