domingo, agosto 30, 2009

domingonuevedeagosto

hoy es domingo, estoy sola, y no estoy deprimida.

el séptimo día sigue siendo una patética muestra de la verdadera lentitud y vacuidad de ésta vida; provoca el mismo vacío y la misma náusea: por ser un final, sigue pareciéndose a la vejez, a la muerte.

este día sigue siendo un viejo decrépito que se tira pedos y huele a naftalina.

pero yo no estoy deprimida.

el pausado transcurrir de éste día me hizo asomarme por esa ventanita oscura por la que no debo asomarme porque luego se ven los demonios y, al verla cerrada, deslicé debajo de la puerta una carta de agradecimiento por todo lo que me diste.

y respondiste.

dolió recordarte, pero no me deprimí. leí mi declaración oficial de muerte y mis viernes lloraron por tus martes asesinados, pero no me deprimí.

el onironauta dijo que llamaría y que vendría y aunque nada de eso sucedió, estoy bien.

es domingo y no lamento estar en casa sola;no añoro los domingos luminosos y calurosos en tu habitación; no me lacera la piel el recuerdo del olor a café por la mañana; no me siento un ser leproso y despreciable que no merece la compañía de nadie en un día tradicionalmente familiar.

sólo añoré esa piel que me ha perfumado y entibiado las últimas noches, pero no me entristeció estar más sola que un dios sin fe.

Me conservo en formaldehído.

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